Consejos prácticos para trabajar la atención en casa
Una de las claves para el aprendizaje de
los más pequeños es la
capacidad de atención y concentración. Sin embargo, cada vez más, nos
encontramos con niños a los que les cuesta centrarse. La multiplicidad
de estímulos, el elevado número de demandas e informaciones nuevas que
les inundan cada día puede llevarles a una dispersión atencional que
suponga una disminución de su concentración e incluso a desarrollar
síntomas de estrés. Así, en numerosas ocasiones, aprender a mantener la
atención y la concentración en casa, puede suponer todo un reto para los
más pequeños.
Un reto lleno de desafíos, puesto que las nuevas tecnologías les sugieren un mundo de pantallas lleno
de estímulos cambiantes, atractivos y muy reforzadores por lo que, cada
vez, centrarse en un estímulo neutro o aburrido para ellos, se hace más
difícil. Sin embargo, sabemos de la importancia de atender y
concentrarse, y de aprender a entrenarlas.
De hecho, es a través de la atención
como la mente del niño se dispone a seleccionar un estímulo determinado
de entre todos los que hay a su alrededor, y centrarse
en él para ignorar el resto. A partir de entonces, puede elegir
sostenerla durante un tiempo en este mismo punto. Este segundo proceso
sería la concentración, una de las habilidades fundamentales en el
proceso de aprendizaje del niño, puesto que le permite sostener el foco
de la atención el tiempo suficiente como para adquirir conocimientos.
Herramientas y consejos prácticos para mejorar la atención y la concentración
1. Es importante evitar las distracciones y
mantener el espacio limpio y ordenado. Para ello, en la habitación de
estudio han de haber los menos distractores posibles. Evitar los
videojuegos, móviles, etc. Cuidar estos tres factores, le ayudarán a
redirigir su atención hacia lo importante en ese momento.
2. No realizar periodos de tiempo excesivamente largos
en las tareas que requieran de la atención y la concentración del niño.
Sabemos que esto es perjudicial puesto que la atención empieza a decaer
alrededor de los 50 minutos o menos (según la edad del niño). Así,
puede realizar cambios en la tarea que le ayuden a reiniciar la atención
o hacer una pequeña pausa para respirar en silencio.
3. Orden en el tiempo y en la actividad. En la
medida en la que el niño tenga marcado un tiempo para cada actividad, le
ayudará a estar plenamente en esa tarea. Es bueno establecer este
hábito y respetarlo para no aglutinar tareas ni para disuadir algunas de
ellas. A cada tiempo, una tarea. Este hábito saludable creará rutinas
mentales de atención y concentración.
4. Buen descanso. Es importante descansar y dormir
bien para poder rendir mejor durante las actividades del día. Así,
conviene realizar las tareas más difíciles o las que mayor atención
requieran cuando esté más descansado, puesto que el cansancio no es un
buen aliado para una atención saludable.
5. Calmar la mente, ejercicios mindfulness. Realizar
prácticas de mindfulness en casa, sirve para aumentar la atención y la
concentración. Para disminuir los niveles de estrés y estar plenamente
ocupado en la tarea presente.